El ejercicio durante el embarazo ayuda a aliviar muchos de
los problemas comunes del embarazo. Mejora la circulación, lo que ayuda a
prevenir el estreñimiento, las hemorroides, las venas varicosas, los calambres
en las piernas y la hinchazón de los tobillos. También previene el dolor de
espalda al fortalecer los músculos que sostienen la espalda.
El embarazo a menudo deja a las mujeres sintiéndose menos
enérgicas, pero el ejercicio regular puede darle más energía para pasar el día.
Su sistema cardiovascular fortalecido le dará más
resistencia, y los músculos más fuertes le permitirán realizar tareas con menos
esfuerzo, dejándole más energía para continuar durante el resto de su día.
Algunas mujeres disfrutan del yoga prenatal.
El ejercicio también te permite dormir mejor. La mayoría de
las mujeres tienen problemas para dormir toda la noche al final de sus
embarazos. Hacer ejercicio regularmente (y asegurarse de que pasen al menos
tres horas antes de irse a la cama) lo ayudará a eliminar el exceso de energía
y lo cansará lo suficiente como para adormecerlo con un sueño más profundo y
reparador.
Se ha demostrado que el ejercicio mejora su estado de ánimo.
También puede disminuir los cambios de humor, mejorar su autoimagen y permitirle
tener una sensación de control.
El ejercicio te ayuda a prepararte para el parto. Algunos
estudios sugieren que el nivel de condición física de la madre puede resultar
en un parto más corto, menos intervenciones médicas y menos agotamiento durante
el parto.
Estar en forma no disminuirá el dolor, pero definitivamente
ayudará a darle la resistencia necesaria para superar el parto.
Al mantener su nivel de condición física durante el embarazo,
es menos probable que gane exceso de peso. El ejercicio también mantiene el
tono muscular y la fuerza. La mayoría de los expertos están de acuerdo en que
aumentar más de las 25 a 35 libras recomendadas (para una mujer de peso normal)
durante el embarazo hace que sea más difícil perder peso después de que nazca el
bebé.
Efectos del
ejercicio sobre el embarazo: preocupaciones a tener en cuenta
Consulte con su proveedor de atención médica antes de
comenzar un programa de ejercicios. Para la mayoría de las mujeres embarazadas,
el ejercicio es muy beneficioso. Sin embargo, para las mujeres que tienen un
embarazo de alto riesgo o están en riesgo de parto prematuro, su proveedor de
atención médica debe controlar de cerca el ejercicio para asegurarse de que no
represente amenazas adicionales para usted o su bebé.
Cuando hace ejercicio, el flujo sanguíneo se aleja de sus
órganos internos (incluido el útero) para dar más oxígeno a sus músculos,
pulmones y corazón. Si hace ejercicio con demasiada fuerza, puede restringir el
oxígeno del útero. Asegúrese de mantenerse dentro de un nivel de frecuencia
cardíaca recomendado para asegurarse de que su bebé reciba el oxígeno que
necesita.
A medida que avanza su embarazo, su centro de equilibrio
cambia, lo que hace que las caídas sean más probables. Participe en actividades
como nadar, caminar o hacer ejercicios aeróbicos de bajo impacto que no lo
exponen a un riesgo adicional de resbalar o caerse. Evite actividades como el
esquí alpino, montar a caballo, escalar montañas y practicar deportes de
contacto (como fútbol o fútbol) que podrían ponerlo en riesgo de sufrir una
lesión o una caída.
El ejercicio provoca un aumento de la temperatura corporal,
que puede afectar el desarrollo del bebé. Tenga precaución cuando haga
ejercicio en climas cálidos y siempre asegúrese de tomar muchos líquidos al
hacer ejercicio. Su temperatura corporal debe mantenerse por debajo de 101 ° F.