La congestión nasal aumenta como resultado de la inflamación de los tejidos y vasos en la nariz durante el embarazo. Esto se debe a un cambio hormonal en el embarazo. Se produce un aumento en las glándulas. La futura madre puede tener problemas para respirar y puede sentirse incómoda mientras duerme por la noche. Por supuesto, la congestión nasal en una mujer embarazada no siempre se debe a los efectos del embarazo. Una desviación del tabique (curvatura en el hueso nasal) encontrada antes del embarazo o una estructura parecida a un pólipo puede causar quejas con la adición de hinchazón durante el embarazo.
Hidratar el aire de la sala de estar y el dormitorio reduce la nariz seca. No fumar, evitar el aire sucio son otras medidas a tomar.
En caso de quejas como obstrucción nasal durante el embarazo y dificultad para respirar, la futura madre debe consultar a un especialista en nariz. Tratamiento con aerosoles y otros medicamentos que no representarán un riesgo para el bebé, e intervención quirúrgica si es necesario.

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