El embarazo es un momento maravilloso y alegre, pero también
puede estar lleno de dudas y ansiedad. Hay una serie de circunstancias que
pueden provocar estrés durante el embarazo, que incluyen niveles hormonales fluctuantes,
incertidumbre sobre el futuro, molestias físicas o un trastorno mental
preexistente.
Si está estresado, puede experimentar dificultad para dormir,
dolores de cabeza, pulso acelerado y pensamientos obsesivos. Es importante
recordar que el estrés no solo le afecta a usted. La investigación indica que
los altos niveles constantes de ansiedad pueden afectar el desarrollo de su
bebé. Sin embargo, hay varias formas de tratar el estrés.
La investigación indica que los altos niveles constantes de
ansiedad pueden afectar el desarrollo de su bebé. Sin embargo, hay varias
formas de tratar el estrés de forma natural, sin recurrir a los ansiolíticos.
Trate
naturalmente el estrés durante el embarazo
Descubre tus desencadenantes. ¿Hay algo específico que te ponga
ansioso? Presta atención a lo que sucede cuando te sientes más estresado.
-Descanse
un poco: el agotamiento o los hábitos de sueño irregulares pueden
provocar un aumento de las emociones negativas, incluido el estrés. Asegúrate
de permitirte dormir lo suficiente.
-Comer
saludablemente: una dieta bien balanceada puede ayudar a reducir el estrés,
así como a mantener a usted y a su bebé saludables.
-Ejercicio: treinta
minutos de ejercicio leve a moderado varios días a la semana es enormemente
beneficioso. También puede ayudar a reducir los niveles de cortisol, que es la
hormona que causa ansiedad.
-Meditación: la
meditación puede ayudar a despejar la mente y reducir los niveles de estrés.
-Terapia: si sus
niveles de estrés se vuelven insoportables, es posible que desee buscar un
terapeuta, para discutir posibles problemas subyacentes debajo de su ansiedad,
así como formas saludables de lidiar con sus sentimientos.
Cómo tratar
el estrés cuando naturalmente no funciona
Hay varios medicamentos que son seguros de tomar mientras
está embarazada. El estrés es común durante el embarazo, y no hay nada de malo
en buscar tratamiento, de cualquier manera que funcione mejor para usted.